HISTORIA N°3
Tenía solo16 años cuando conocí al hombre que se convertiría en el padre
de mis hijos. Estudiábamos en la universidad la misma carrera
profesional, y con la ilusión propia de nuestra edad nos casamos cuando
yo tenía 19 años.
Tenemos tres hijos maravillosos, que son lo mejor
de toda esta historia.
Sin embargo, sin darnos cuenta, la vida para
nosotros transcurría más abocados en el trabajo y a los chicos que en
nosotros dos como pareja.
Se suele escuchar que por el trabajo no se ven los
esposos en el día, en mi caso era todo lo contrario porque compartíamos la
misma profesión y por ello trabajábamos juntos.
Era una monotonía nuestra vida: juntos en el
aspecto laboral, teníamos reuniones sociales con las mismas personas, (pues
eran amigos comunes), en casa era siempre igual día a día, las preocupaciones propias
del hogar y sus circunstancias que no siempre eran favorables, desgastaron
nuestra relación, y el interés se fue perdiendo, pues yo sentía que era más mi
compañero de trabajo que ese compañero que soñé para mi vida.
Con los años me di cuenta de la necesidad que tenía
de sentirme amada y considerada, ¡todo paso tan rápido!…que no había notado lo
rutinaria que era mi vida, sin esa chispa inicial en la que tanto creí y me
ilusionó; desde hace mucho no habían palabras amorosas, ni consideraciones,
creo que todo siempre estaba supuesto.
Por más que compartamos muchos años juntos, debemos
alimentar nuestra relación, por consideración y amor al otro. Esta historia no
tiene un final feliz, pues luego de 24 años de casados, decidimos divorciarnos
al darnos cuenta que el amor no estaba en nuestros días. Temía por mis hijos, y
eso hizo que la decisión sea muy difícil para mí, pero finalmente sucedió
porque sentía que hace muchos años me estaba postergando y eso tampoco era
bueno.
Actualmente, deseamos llevar una relación armoniosa
pues somos amigos y compañeros desde hace mucho, sin embargo me cuesta
desvincularme aún porque fue toda una vida a su lado. Nuestros hijos saben que
cuentan con ambos padres, ahora están más grandes y son un apoyo y un motivo
para mí.
Me siento joven aún, y con oportunidad de ser feliz
a través de mis hijos y mi trabajo, pero no descarto la posibilidad de
encontrar alguien que me acepte como soy y me valore. Hoy doy gracias por volver a sonreír y a creer en al amor que nuevamente toca mi puerta, solo el tiempo dirá que nos depara...
SI DESEAS APOYAR ESTA HISTORIA VOTA POR EL N°3
Es cierto que no todo es como un cuento de hadas, muchas veces las historias de pareja tienen un final diferente. Pero el final de esta historia demuestra que, que tan malo o bueno sea depende de como lo queramos tener y las ganas que le pongamos para que sea armoniosa, todo por el bienestar de un hijo y su tranquilidad!!. Que bueno pensar que si se puede lograr una relacion asi como la tuya!
ResponderEliminarUN EXITO LA HISTORIA, UN EXITO EL CONCURSO, UN EXITO UNA MANITO!
Espero que ganes..
Me encantó la historia número 3. Excelente!!!
ResponderEliminar