Hace unos días estuve escribiendo
este artículo, basada en la experiencia que tengo en el trabajo con familias y
la necesidad que veo en ellas; lo terminé y estuve esperando que “mi dibujante”
creara la imagen para este tema; en ese lapso tuve una experiencia muy rica con
mi hija menor que justamente se enlaza con este artículo y quiero compartirla.
Que detalle tan tierno |
Como madre no puedo negar que me
dolió discutir con ella, porque su actitud no es usual, sin embargo, actuar de
manera descontrolada - como muchas veces terminan las amigas - no ayuda y solo
genera más reacciones negativas en ambas. Esta sensación tan ambigua de sentir,
por un lado, que debes reaccionar ante la molestia y mostrar tu autoridad y por
otro, darte cuenta que estás enseñando a sobrellevar una situación, y que
mostrar tu autoridad implica tener el control; porque más adelante ellos aplicarán
en sus vidas esta forma de manejar los conflictos, es todo una aprendizaje para los padres.
Más allá de mi molestia y
tristeza mezclada, me quedó la incertidumbre de saber si ella me entendió, no
podía sentirme culpable porque soy consciente que formar no es fácil y estas situaciones son parte de ello. Al leer la frase al interior de su regalo...me quebré, pero me hizo entender cómo ella percibe las cosas y ese
reconocimiento es muy valioso si viene de un hijo.
Me sentí muy feliz por nosotras dos – a pesar
de lo triste y doloroso que fue el evento- ver cómo estamos aprendiendo juntas siempre
con respeto y amor, y sobretodo que tenemos claro qué esperamos una de la otra,
sin límites en el amor, pero si para el respeto que se traduce en la conducta
diaria, lo que me deja en claro que no soy amiga de mi hija, sino mucho más que
eso, soy su madre.
SOY AMIGO DE MI HIJO
Se escucha muy frecuentemente
esta frase como si fuera un signo distintivo de “mejor papá “o “mamá moderna”,
pues los padres suponen que cuentan con información de primera mano, en lo que
corresponde a sus hijos y esto genera mayores y mejores vínculos con aquellos
que solo son “padres de sus hijos”.
Este deseo de cambiar el rol de
padres por el de ser además amigos de sus hijos, probablemente tenga relación
con la imagen que ellos mismos tengan de la paternidad y hoy desean realizar
ciertos cambios a su rol de padres.
Experiencias de hijos cuyos
padres reprimían sus opiniones o los reducían en libertades y hasta excesos de
control, generan que estos hijos crezcan con ciertos pendientes que les urge
cambiar cuando tienen su propia familia y crean nuevas formas de relacionarse
con sus hijos.
LA OPOSICIÓN:
Me conmovió mucho |
- ¿Me gustaría ser un padre o madre joven?.- Esta es una decisión tuya porque la mayoría de tus amigos ya tiene hijos, heredada si tuviste padres jóvenes y te parece que es favorable esa experiencia, o por oposición si tienes padres mayores y deseas cambiar ese aspecto en tu experiencia de paternidad.
- ¿Me gustaría dar confianza a mis hijos para que me cuenten todo?.
- ¿Me gustaría que mis hijos tengan libertad de acción y decisión?
- ¿Me gustaría que mis hijos me respeten y no que me tengan miedo?
- ¿Me gustaría que sientan que su opinión es importante para mí?
- ¿Me gustaría que intenten nuevas actividades que yo no he realizado?.
- ¿Me gustaría expresar mi amor verbal y físicamente sin problemas?
Si vemos que gran parte de nuestras respuestas son
adquiridas, probablemente sea porque estamos atentos a las posibilidades de
mejora al observar nuestro entorno, muy
bien, eres de los valientes!
Si en cambio notamos que nuestras respuestas van más por el
lado de lo adquirido por herencia, quizás se deba a que eres una persona
agradecida con todo lo que recibiste, pues sin duda somos la suma de todo el
esfuerzo que nuestros padres hicieron para formarnos, y eres de aquellas
personas que cuenta con la seguridad de dar pasos similares, no iguales, porque
siempre vas a querer mejorar aquello que aprecias como regalo. Tu eres de los
agradecidos!
Si la mayoría de tus respuestas van dando cuenta que
nuestra postura es más la de oposición, debemos tener en claro qué es
precisamente lo que no nos gustó, y ser sinceros con nosotros mismos:¿ había
otra alternativa para mis padres?¿ Fue desconocimiento? ¿Fue falta de
oportunidad? ¿heredaron ellos esta forma de crianza?
Y muchas preguntas más que nos dan cuenta que ningún padre
o madre piensa en dañar a su hijo, sin embargo a veces permitimos que las
circunstancias avalen nuestros errores, la gran pregunta para ti es ¿ También
tu seguirás cometiendo el error? Si estás dispuesto a ser una mejor versión de
ti mismo, eres de los valientes, agradecidos y resilentes!!
Te dejo esta tarea para analizar, resolver y compartir en familia, tal vez te des tiempo de retomar temas que te das cuenta tienes pendientes con alguien más, en breve publicaré la segunda parte de este artículo. CLICK AQUÍ PARTE 2
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